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jueves, 31 de diciembre de 2020

El fuego (XXI) Historia del extintor


Historia del fuego


   Un "extintor" es un aparato portátil. Contiene un producto que se utiliza para sofocar el fuego. Sin embargo, estos aparatos son buenos en la medida de saber usarlos, debe saber escogerse el tipo adecuado al fuego a combatir y recordar que únicamente será eficaz cuando el fuego se halle en su principio.
   EI primer extintor (matafuegos) se inventó en 1860. Se componía de una ampolla esférica de vidrio conteniendo una solución química, que al lanzarse sobre el fuego, vertía su contenido extintor. Se colgaba de la pared mediante abrazaderas metálicas o en el interior de pequeñas cestas de mimbre.

Las "granadas" se emplearon hasta principios del siglo XX. En 1871 fue patentada la " Grenade Harden n.º 1" por H.D. Harden de Chicago y en 1883 otra patente era vendida en Gran Bretaña por la Harden Star Hand Grenade Extinguisher Company. Estos primitivos extintores tuvieron una eficacia muy relativa, debido a que ofrecían casi la misma protección que un cubo de agua.
   No obstante representaron un avance en la lucha contra el fuego. al hacer posible atacar un conato de incendio en el mismo instante de producirse.
   En 1894 aparece el extintor de "ácido y base" dos años más tarde se fabricaba con recipientes metálicos, que en principio fueron pesados y, de difícil manejo. La carga se componía de tres cuartas partes de agua. en mezcla con bicarbonato sódico y al accionar el mando. se expulsaba por la boquilla la solución acuosa a presión, por reacción del bicarbonato sódico con ácido sulfúrico, en un tubo de vidrio auxiliar al aparato. Una solución semejante utilizaba el "extintor Viñas" inventado en España por Antonio Viñas en 1895. El primer fabricante español de extintores fue Domingo Biosca Galcerán con la marca "Matafuegos Biosca" en 1905.
   En 1908 se inventó el extintor de "tetracloruro de carbono" y, fue el primero de los extintores halógenos en forma de líquidos vaporizables. Presentaba por entonces una eficacia aceptable, pero le desmerecía su toxicidad tanto en estado natural como tras su aplicación, pues se descomponía en vapores aún más tóxicos. En 1959 fue prohibido su empleo en Estados Unidos y, un año más tarde en Francia, por decreto ministerial.
   En 1915, se efectúan en Brooklyn (Nueva York) las primeras pruebas del extintor de "espuma" que treinta años después, se extendería de forma masiva en todo el mundo. El producto extintor era una mezcla de agua con una solución de sal alcalina y otra de sal ácida. A la sal alcalina se añadía previamente cola cárnica en polvo, para conservar la estabilidad de la espuma. Años después se sustituyó la cola por extracto de regaliz con mejores resultados.
   En 1916 se comercializa el extintor de "anhídrido carbónico", gas envasado en estado líquido a presión, que a la salida del extintor se expansiona produciendo la llamada "nieve carbónica". Las propiedades de este producto son amplias, además de no ser conductor de la electricidad, no es tóxico ni deja residuos. Fue muy utilizado en la Primera Guerra Mundial y hoy, en cierto aspecto, ha quedado relegado tras la aparición del extintor de "polvo polivalente".
   En 1928 comienzan a fabricarse los extintores de "polvo químico" a base de bórax y después de bicarbonato sódico. Las propiedades extintoras del polvo químico se conocían desde 1896, pero hasta treinta años después, no comenzaría a fabricarse. Con los años este extintor fue perfeccionado y en 1960 aparece el "polvo polivalente" a base de fosfato diamónico más tarde monoamónico, por ser menor el apelmazamiento del polvo. En este mismo año de 1928, aparece también el extintor de agua activado por cartucho.
   Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, comienzan a desarrollarse nuevos productos halógenos (hidrocarburos halogenados, en forma de gases licuados). Los extintores halógenos más actuales son mínimamente tóxicos de alta presión, ligeros de peso, que constituyen los productos más avanzados entre las técnicas de extinción. De 1973 a 1975 se ensayan nuevos halógenos de más amplia capacidad extintora, que incluye a toda clase de fuegos, sean sólidos, líquidos o gases.
   En 1949, la industria mundial manipula cada vez mayores cantidades de metales ligeros con alto grado de combustibilidad (sodio, potasio, magnesio, etc.).
  Lo que supone un constante riesgo. Toda la gama de extintores conocidos resulta nula, porque actúan como reactivos. Aparecen en el mercado extintores de "polvos especiales" para cada uno de los metales, pues precisan de un polvo especial diferente. Conocidos como metales raros, los metales ligeros se utilizaban desde principios del siglo XIX pero es en la Segunda Guerra Mundial cuando se emplean extensamente en la industria mayormente bélica. El comportamiento ante el fuego de los metales ligeros es totalmente diferente al de los materiales comunes, como tampoco es válida una misma forma de extinción para toda la gama.
   La historia del extintor y sus productos es sin embargo mucho más antigua. El más primitivo artilugio extintor data de unos cinco mil años y fue usado en la Baja Mesopotamia en tiempos del rey Mesilim. Consistía en una especie de barreño que se llenaba de tierra y se colocaba en la vivienda junto al hogar. en previsión de incendios.
   Las viviendas sumerias, como las halladas en Farah (Shurupak) eran de una sola estancia de planta cuadrada, donde se hallaban reunidas todas las pertenencias de la familia. que se protegían del fuego. por este sistema.
  Tras este artilugio extintor. civilizaciones posteriores utilizaron además del agua para sofocar el fuego, la arena la ceniza, el grafito y el talco, etcétera.


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