En el 430 a. de C., Atenas y otras ciudades del mundo heleno, tenían nyctophytakes o guardias nocturnos que efectuaban rondas y daban la alarma al producirse un incendio.
Egipcios y hebreos tuvieron un servicio semejante en sus principales poblaciones y en Roma durante la República, existía una guardia nocturna de esclavos en previsión de incendios, adscritos a la "Familia Pública", y al mando de magistrados especiales con el nombre de Tresviri Nocturni al principio y después de Decembiri Nocturni o ediles incendiorum extinguedorum.
Egipcios y hebreos tuvieron un servicio semejante en sus principales poblaciones y en Roma durante la República, existía una guardia nocturna de esclavos en previsión de incendios, adscritos a la "Familia Pública", y al mando de magistrados especiales con el nombre de Tresviri Nocturni al principio y después de Decembiri Nocturni o ediles incendiorum extinguedorum.
En el año 22 a. de C., y reinando Augusto, un grave incendio en Roma impulsa al Emperador a organizar una verdadera milicia. Aumenta el número de esclavos a 600 y los confía a un praefectus vigilum. En el año 6 d. de C. Roma requiere como ciudad, la reestructuración de sus servicios públicos y Augusto reorganiza el Cuerpo de vigiles, ampliándolo a 7.000 hombres. Ordena dividir Roma en 14 distritos y se crean siete áreas de protección. A cada área se asigna una cohorte de mil vigiles y cada cohorte es a su vez dividida en diez centurias. Respecto a oficialidad, cada cohorte estaba a las órdenes de un tribuno y todas ellas al mando del praefectus vigilum. Los vigiles eran ahora libertos y aunque no soldados, se les consideraba una fracción del ejército permanente, pero no podían ser inscritos ciudadanos romanos. Por la lex Visellia, en el año 24 d. de C. se les concede el derecho de ciudadanía, al cabo de seis años de servicio como bomberos.
En tiempos de Trajano, el praefectus vigilum tenía como ayudante a un subprefecto y seguían en orden jerárquico, diez tribunos, cien centuriones, cien vexillarii (sargentos o cabos), y tras estos, los bomberos encuadrados en las distintas especialidades. Respecto a Parques o cuarteles, en los primeros tiempos se habilitaron, residencias particulares, hasta que se dispuso de stationes. Parques amplios de gran comodidad y cierto lujo, con viviendas para los bomberos, que disponían además de piscina y gimnasio para el buen mantenimiento físico de los hombres.
Los bomberos romanos se jubilaban tras veintiséis años de servicio, con una pensión económica asignada según su categoría. Estaban considerados entre la élite de las fuerzas romanas, que equivalía a un rango social superior dado el prestigio que el Cuerpo llegó a alcanzar.
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